Errores de marketing en una startup

En el mundo de los negocios no hay nada sencillo y cuando se está comenzando y se están dando los primeros pasos de una startup, buscando las mejores opciones como contar con un servicio de oficina virtual, un buen equipo de trabajo, etc., siempre se hacen las cosas con muchas ganas e ilusión, algo que no debe faltar nunca en ningún trabajo, ni al principio ni cuando se llevan varios años.

Desgraciadamente la vida nos hace cometer errores y nos brinda la oportunidad de aprender de ellos para evitarlos en el futuro y aunque en una startup haya muchas y buenas ideas se puede caer en errores en los que nadie se espera, sobre todo por inexperiencia. Entre los muchos errores destacan los que pueden realizarse dentro del ámbito del marketing, algo tremendamente necesario para todas las empresas hoy en día.

Los errores más comunes de una startup en el marketing

Uno de los más importantes es el de no invertir absolutamente en marketing, por tanto si no se invierte en este aspecto, el marketing no existirá para la empresa. No siempre significa una inversión económica, puede significar una inversión de trabajo y tiempo, pero bien usado, el marketing se convierte en uno de los pilares de la empresa.

Si no se va a invertir dinero pero sí tiempo y trabajo, hay que dejar claro que la red es el mejor aliado de muchas empresas y que el marketing no se limita a crear una entrada en el blog corporativo al mes (en caso de que lo haya) comentar en el muro de Facebook o decir algo de vez en cuando en Twitter y subir un vídeo a Youtube con la espera de que se convierta en algo viral de la noche a la mañana.

No se puede, de esta forma se pierde también el tiempo y el dinero, se necesita un cambio de planteamiento o de la persona que se encarga de este aspecto en la empresa. No se puede no tener un blog corporativo, con un blog la empresa se da a conocer en el sector y ayuda a posicionarte en el sector laboral donde se encuentre enclavada la startup. En caso de tenerlo nunca hay que sobrevender el producto o servicio a lo que se dedica la empresa porque los clientes potenciales no son tontos y tarde o temprano acabarán sabiendo que se vende humo.