Lo que no se dijo a la hora de aceptar las preferentes


Las demandas de preferentes están a la orden del día y son muchísimas personas las afectadas por este problema, por lo menos en nuestro país. Pocas personas podrían imaginarse el riesgo que podía llegar a tener este producto financiero de carácter complejo y para el que no todo el mundo estaba preparado.

Este producto tenía y tiene tres riesgos de peso.
  1. El capital no tiene ninguna garantía, lo que hace que cuando se quiera recuperar la inversión realizada se deba poner en venta en el mercado secundario. El valor no es el mismo que el de la adquisición y se somete a cotización, por lo que se puede perder un buen pellizco de dinero.
  2. La liquidez es muy baja dado que son a perpetuidad, lo que dificulta el proceso para la recuperación de la inversión, teniendo que ser una compra-venta, algo que no se hace precisamente en un abrir y cerrar de ojos.
  3. El FGD o Fondo de Garantía de Depósitos no cubre absolutamente nada en caso de las preferentes, por lo que si el banco acaba quebrando  se pierde completamente la inversión.

Esto no era informado a las muchas personas a quienes seducían con algo que tienta a todo el mundo, una alta rentabilidad, dado que las preferentes remuneran por encima de los depósitos, algo que hacía que las personas se interesasen con la finalidad de conseguir un mejor ROI.


Lo que tampoco se informaba es que si la entidad bancaria no ha llegado a tener beneficios ni ha tenido que pagar dividendos, el cupón anual puede no ser cobrado. Asimismo la propia entidad se reserva su completo derecho a la suspensión de las participaciones si le conviene, algo que solo puede hacerlo unilateralmente, el cliente, por supuesto, no puede. Con este panorama no es de extrañar que las demandas sigan siendo una de las más comunes en muchos juzgados españoles.

Comentarios