Según diferentes estudios,
las compras mediante Internet siguen
creciendo a pasos agigantados y una de las formas más comunes de pago es la
tarjeta de crédito aunque son muchas personas en el mundo las que tienen un
gran recelo a usarla en un medio donde proliferan los ciberdelincuentes.
La pérdida de tarjetas
y todo lo que va asociado a ellas es el gran miedo de aquellas personas que no
han comprado nunca a través de la red, y es algo lógico.
Son infinitas las
posibilidades de compra que nos ofrece Internet: viajes, alojamiento, ropa,
electrónica de consumo, moda, complementos y un larguísimo etcétera que mueve
miles de millones de euros cada año y podría llegar a mover más el presente
2015, un año del que tanto se habla de que marcará un antes y un después en
cuanto a comercio electrónico.
Para incentivar las compras
y ofrecer más seguridad a todos los usuarios a la hora de adquirir algo
mediante la red, muchas entidades bancarias han puesto en marcha las tarjetas virtuales,
exclusivamente diseñadas para realizar compras online.
Podríamos decir que se trata
de tarjetas prepago dado que para que puedan ser usadas hay que recargarlas con
dinero, lo que les proporciona cierto nivel de seguridad y solamente puede
usarse el máximo de dinero que haya recargado en ellas, mientras que el máximo
que aceptan es de 3.000 euros.
Además estas tarjetas no
pueden ser usadas en cajeros ni tampoco en tiendas físicas, solamente funcionan
en el mundo virtual, es decir, online. Además son independientes a cualquier
otra tarjeta que tenga el titular y no tienen una forma como las tarjetas de
crédito convencionales sino que en el mejor de los casos son de papel o incluso
son completamente virtuales, con lo que ya no se podrá tener excusa para no
hacer compras a través de Internet.
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