Hace bastantes años, tener
un tejado de pizarra era algo bastante normal, eran tejados que duraban mucho
tiempo, incluso había ocasiones de que el tejado duraba más que la propia casa,
pero todo esto tiene su precio. Con la aparición de nuevos materiales, las
cubiertas fueron evolucionando y se pasó a la instalación
de teja y al uso de otras clases
de materiales, tanto naturales como sintéticos.
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Si hablamos de materiales
sintéticos y de pizarra, otra de las opciones para una cubierta es la elección
de tejados de pizarra sintética, ligeros, hechos con materiales reciclados,
rápidos para instalar, con precio notablemente reducido en comparación con la
pizarra natural y con un gran parecido estético pero es solo eso, parecido, no
igual.
Si se ve de lejos no hay
duda de que puede ser pizarra natural, pero acercándonos mucho, se notan las
diferencias tanto a la vista como al tacto; en sus texturas, en los bordes e
incluso en el color, por lo que si se es un poco maniático o detallista, al
final una cubierta de estas características quizá no resulte tan buena idea
para su instalación, aunque cumple bien el cometido asignado y el dinero es
otro de los factores que hacen que las personas se decanten por esta variedad
de tejados.
Tal como se comentó al
principio de esta entrada, una cubierta de pizarra
natural de calidad puede durar
más de un siglo porque la pizarra no se degrada fácilmente, por tanto tiene que
pasar mucho tiempo para que la lluvia, frío, calor y todas las inclemencias
climáticas vayan haciendo mella poco a poco en su superficie y haya que
realizar un mantenimiento o incluso cambiarlo en el peor de los casos.
Por su parte, las tejas de
pizarra sintética son parecidas a las tejas asfálticas, es decir, su duración
es de entre 20 y 25 años, aunque a veces un poco más. En estos casos, las
inclemencias del tiempo dañan más rápido a esta clase de tejas, sobre todo si
les incide el sol demasiado tiempo dado que los materiales se expanden,
originando desgaste, deformaciones e incluso aflojamiento de las tejas.
Dependiendo del
presupuesto, la opción más acertada, si se quiere dar ese toque rústico a la
cubierta es elegir pizarra natural. Su coste es elevado, no solo por el propio
material sino también por la mano de obra, pero otorga un gran valor a la casa
y de lo que el propietario o propietaria no tendrá que volver a preocuparse
nunca, todo lo contrario que si la elección es pizarra sintética, la cual,
tarde o temprano deberá ser cambiada, con el consiguiente coste.
Además, una cubierta de
pizarra sintética instalada hace mucho tiempo puede ser el motivo de que un
comprador se eche para atrás a la hora de adquirir una casa porque será
consciente de que deberá tener en cuenta el coste asociado que conlleva tener
un tejado en esas condiciones, incrementando así el precio final de su compra.
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