Los emprendedores están
empezando a ser una parte importante del tejido empresarial en nuestro país y
cada vez son más los profesionales que dan el paso y se deciden a comenzar una
andadura laboral siendo ellos sus propios jefes. La incertidumbre laboral por
la que estamos pasando obliga a muchas personas a armarse de valor y poner a
prueba todos sus conocimientos adquiridos durante su etapa de formación y
experiencia laboral.
Comenzar en un centro
de negocios es la opción más viable
para muchos emprendedores, quienes ven todas las ventajas que una
infraestructura de estas características puede ofrecer para todos ellos,
permitiéndoles ahorrar en algo tan importante como es tener un puesto de
trabajo físico donde poder desarrollar su labor profesional.
Lo más normal en estos
casos es alquilar una oficina, bien sea a pie de calle o a altura y a ello hay
que sumar el acondicionamiento del local en sí: pintura, mobiliario,
decoración, etc. Pero eso no es suficiente, también hay que tener en cuenta la
conectividad, es decir tanto mediante línea telefónica como acceso a
Internet, y también los equipos para trabajar.
Todo esto puede suponer un
importante gasto que no todos los emprendedores pueden afrontar, aunque en un
centro de negocios todo cambia, no hay que preocuparse de contratar líneas de
acceso a Internet o teléfono, ni muebles, ni de decorar porque ya está todo
hecho.
Esto reduce drásticamente
la inversión inicial a la hora de dar los primeros pasos en el mundo
empresarial. Cualquier emprendedor con ganas que quiera tener su propio espacio
de trabajo podrá ponerse manos a la obra en muy pocas horas.
Tan solo hay que visitar
un centro de negocios que cuente con un espacio de trabajo para una o dos
personas, y en muy poco tiempo ya tendrá su llave y puede estar comenzando a
ser productivo, algo que no ocurre con un alquiler convencional, siempre se
tardan unos cuantos días en hacer que todo esté a la perfección y se acaba
gastando más de la cuenta en la preparación.
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