Debido a las muchas
situaciones de indefensión que la sociedad está sufriendo continuamente, una demanda
colectiva es una estupenda
alternativa para ejercer presión en muchas situaciones, en especial en aquellas
en las que parece que la ley está del lado de las grandes firmas y no de los
ciudadanos, quienes indefensos en muchas situaciones, tienen que soportar
abusos.
Hoy en días las cosas han
cambiado y los ciudadanos de a pie, independientemente de su edad o sexo,
tienen acceso a una forma de presión que está en alza últimamente dado que,
como siempre se ha dicho, la unión hace la fuerza, y esto ha hecho que los procesos
judiciales sean mucho más justos si cabe y todo el mundo tenga igualdad de
oportunidades, que en definitiva es de eso de lo que se trata la justicia.
Un claro ejemplo de
demanda colectiva pudimos verlo, y seguimos viéndolo, por los afectados por las
preferentes de los bancos, donde las
entidades solo pensaban en el dinero que conseguirían, anteponiéndolo al
bienestar y la estabilidad económica de las personas, sin importar lo que a
éstas les ocurriese.
Si miramos atrás en el
tiempo, esto en la justicia española era casi una entelequia e incluso parecía
algo como de película pero con los primeros precedentes conseguidos en
diferentes procesos judiciales, esta medida comenzaría a ser una de las
alternativas de la población para conseguir más fuerza en cualquier clase de
demanda.
En nuestro país hemos
visto, y seguramente continuaremos haciéndolo, muchos casos como los de las
preferentes de Bankia como uno de los casos más sonados, la estafa del Fórum
Filatélico, los afectados por la quiebra de Lehman Brothers y muchos otros
asuntos en los que la presión social y la demanda colectiva están siendo un
importante punto de apoyo para muchísimas personas en nuestro país.
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