Nuestro cuerpo necesita
beber agua, preferiblemente entre 6 y 8 vasos diarios para tener una buena
salud y para depurar nuestro organismo así como reducir tensiones, etc., pero
no en todas las casas el agua sabe bien, en algunas sabe demasiado a cloro y en
otras su sabor es indescriptible, aunque aptas para el consumo humano dado que
el Ayuntamiento o empresa municipal de aguas velan por la calidad del agua
destinada al consumo humano mediante diferentes sistemas de tratamiento de aguas.
No a todo el mundo le
gusta el agua de su casa y esto puede ser producido por diferentes causas:
aguas duras, blandas, demasiado cloro o flúor, suciedad en el sistema de
tuberías o en el depósito… pueden ser cientos de causas las que proporcionen un
mal sabor al agua.
A pesar de que hay una
legislación muy estricta en cuanto a la calidad del agua, tanto en su
tratamiento como en su distribución puede que por la zona donde se encuentre el
acuífero de donde sale el agua ésta tenga un mejor o peor sabor después de
haber sido tratada para acabar con cualquier posible riesgo para nuestra salud.
Contar con medidas
preventivas como filtros, sistemas de ósmosis inversa, etc., nos ayudarán
muchísimo a tener el agua de la mejor calidad en nuestro hogar, para que el
sabor no tenga que preocuparnos por nada, porque con estos sistemas el agua
solo sabrá a lo que tiene que saber, a agua.
Comprar agua embotellada,
cocer el agua, ir a buscarla a alguna fuente… son muchos los trucos para tener
un buen agua, pero todos provocan gasto o inconvenientes. Por esa razón lo
mejor es confiar en los profesionales y recibir asesoramiento sobre cuál sería
el sistema para aumentar la calidad en nuestro hogar y dejar de preocuparnos de
sabores raros o de problemas en el cabello o la piel.
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