La evolución tecnológica
está presente en un gran número de industrias, las cuales aprovechan al máximo
todo lo que ésta puede proporcionarles para mejorar diversos aspectos de su
negocio. Por ejemplo la automatización de farmacias ha llegado fuerte y desde hace unos años, muchas
farmacias están viendo cómo los dispositivos como los robot de farmacia están
permitiéndoles realizar un gran número de funciones para las que antes no había
demasiado tiempo.
Con un robot de farmacia
se tiene más tiempo para atender a los clientes, se lleva un estricto control
de todo el stock en el almacén y se agilizan los procesos. Todo esto hace unos
años era increíble pero mucho más si a mediados de la primera mitad del pasado
siglo XX se hubiera dicho que en el futuro los robots serían parte importante
del desarrollo empresarial.
La palabra robot proviene
del año 1921 y se le atribuye al
escritor checo Josef Capek, quien se refirió a ellos en su obra R.U.R
(Rossum’s Universal Robots) como humanos artificiales orgánicos. Esta palabra
proviene del propio checo, donde “robot” quiere decir “sirviente”.
En su obra los robots
poblaban el futuro y poco a poco llevaban al propio colapso de la sociedad,
aunque solo era eso, un libro. Tras más de 93 años, aquellos robots que Capek
presentaba en su obra son completamente diferentes, hoy en día cuentan con
infinidad de usos e incluso para trabajos que el hombre no puede hacer por sí
mismo si no es con ayuda de estos dispositivos.
Es lógico que con los
avances tecnológicos se vayan mejorando exponencialmente las características de
estos dispositivos que nos facilitan la vida y el trabajo, algo que hoy en día
vemos como algo normal y corriente pero que hace un siglo era algo como de
novela del propio Julio Verne.
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