Desde hace muchos años, las tarjetas de crédito son una
de las formas de pago más extendidas en todo el mundo, principalmente por la
comodidad que supone no tener que llevar dinero en efectivo encima y la
seguridad que ofrecen, pero… ¿qué nos puede obligar a cancelar la tarjeta?
A nadie le gusta perder ningún bien material y mucho
menos si es una “llave” que puede dar acceso al dinero que tenemos ahorrado o
el que nos ofrece el banco a modo de crédito. Si nuestra tarjeta cae en manos
de una persona con los conocimientos suficientes, puede clonarla o incluso
acceder a la cuenta asociada y hacer un desfalco.
En otros casos, las tarjetas de crédito, con todos sus
datos como nombre, fecha de caducidad, números de seguridad, etc., son vendidas
a mafias de diversos países para que en el menor tiempo posible realicen
compras por Internet con la tarjeta y mediante un complejo entramado de
intermediarios, finalmente consiguen lo que han adquirido, sin tener que
preocuparse de nada.
Son muchos los riesgos que hay hoy en día y que pueden
sucedernos a todos y a todas en cualquier momento, con lo que nos veríamos en
un serio problema si no nos damos cuenta de que no tenemos nuestra tarjeta con
nosotros.
Cuanto antes actuemos e informemos a la entidad
bancaria o a la entidad emisora de nuestra tarjeta de que la hemos extraviado o
nos la han robado será mucho mejor porque podrán cancelarla cuanto antes.
Interponer una denuncia en la policía también es muy
recomendable para que el seguro de la tarjeta pueda hacerse cargo encaso de que
el ladrón o ladrones hayan sustraído o comprado algo mediante la tarjeta.
Sea de crédito o de débito, si después de salir de
compras, a tomar algo, a cenar o por cualquier otro motivo, nos damos cuenta de
que ya no tenemos la tarjeta encima, hay que llamar inmediatamente para
asegurarnos de que nadie tendrá acceso a nuestro dinero, ni por descuido ni por
la maña de los ladrones.
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