Al contrario con lo que
sucede en muchas de las farmacias de las principales ciudades, donde la gestión de farmacias es algo principal en su negocio y donde se llegan a
facturar alrededor de 2 millones de euros al año, la otra cara de la moneda la
encontramos en las farmacias rurales o aquellas que se encuentran en un núcleo
con baja densidad de población.
Estos datos se ven
reflejados en el Informe Anual de Oficinas de Farmacia 2015, donde queda
patente la situación en la que se encuentran muchas farmacias, las cuales están
pasando por un mal momento y que si cierran sería privar de un servicio de
necesidad para la población en la que se encuentren.
Esa es una de las
principales razones por las que se pide ayuda para estas farmacias, para que
cualquier español, independientemente de dónde viva, tenga acceso a medicinas
cuando éste las necesite, una de las grandes preocupaciones del sector en la
actualidad y que no tiene visos de ser un problema que pueda solucionarse de un
plumazo.
En un principio podría
hablarse de subvenciones, pero como siempre, serán escasas y llegarán tarde,
ante lo que aparece un panorama verdaderamente preocupante. Tal como avanzó
Juan Antonio Sánchez, economista especializado en oficinas de farmacia y uno de
los coautores de este estudio, una alternativa es la de unir farmacias en las
localidades de menos habitantes o incluso que se les plantee una ayuda fiscal
consistente en una reducción del rendimiento a aquellas farmacias que tuviesen
un rendimiento económico pequeño.
Esto no es algo que preocupe
únicamente a las farmacias rurales sino que según sus responsables, hay un 14%
de farmacias en la Comunidad de Madrid que están teniendo problemas debido a
que la venta va descendiendo cada año y ven comprometida seriamente la
viabilidad económica por la que llevan luchando muchos años.
Comentarios
Publicar un comentario